Abordar seres contradictorios, base de mis propuestas: Nicole García
Raquel Peguero, enviada, Acapulco, Gro., 20 de noviembre En las tres cintas que como directora ha realizado, Nicole García siempre ha seguido el mismo camino: mostrar seres ``muy contradictorios que tienen una parte muy oscura y otra muy solar que buscan, a partir de esa contradicción, sacar a flote esa fracción de luz. No podría hacer un filme donde los personajes estuvieran desesperados porque la vida es una aventura magnífica, completa, sombría y bella. Eso sucede cuando se tiene una conciencia aguda de las cosas''.
Esa, asegura la realizadora gala, es la esencia de su película Place Vendome, proyectada anoche durante la inauguración del Tercer Festival de Cine Francés. Con una muy intrincada trama que va del thriller a la historia de amor, su mayor atractivo es la presencia protagónica de Catherine Deneuve, el único hilo claro, por su estupenda actuación, que le valió un premio en el pasado festival de Venecia. La película, define García, ``es muy novelesca y es como si la historia le permitiera a Marianne, al personaje de Deneuve, como jugar al pókar: volver a apostar y entender por qué la traición de un hombre, hace 20 años, hizo naufragar su vida -explica la realizadora.
``Marianne ha conocido el amor loco y cuando vuelve a encontrar ese hombre al que amó tanto, ya no hay esperanza de volver a vivir algo juntos, pero él le da la prueba de que la amó, porque le da la posibilidad de redención, se entrega (a la policía) para que, por fin, algo de ella se pueda liberar.''
Deneuve, inteligente y disciplinada
Trabajar con Catherine Deneuve no fue difícil, cuenta. ``Es sumamente inteligente, disciplinada; había leído el guión y el personaje le permitía actuar papeles que ha realizado durante 30 años. Era mostrarla desprovista de todo -por la desazón y el alcoholismo- pero capaz de renacer por ella misma. Es un hermoso retrato de una mujer y eso fue lo que le gustó''.
Actriz casi toda su vida, Nicole García se abocó a la dirección cinematográfica en 1990 cuando filmó su ópera prima Un fin de semana para dos que, de alguna manera, es ``autobiográfica'' porque cuenta el ascenso en la carrera de una intérprete; cuatro años más tarde realizó El hijo preferido, que toca un tema más elaborado, de una complicada relación padre e hijo. ``Cuando actuaba nunca pensé en la dirección. La revelación se dio cuando hice un cortometraje y a partir de ahí descubrí que era algo que me apasionaba. Estás en todo y, como actriz, la vida es más fácil'', asegura.
``Siempre he sido cinéfila, pero de esa manera de ver emocionalmente las películas no tanto de la parte técnica, de eso me preocupé después, cuando me puse detrás de la cámara; porque ahora yo soy la que mira y no a la que están mirando. Me entusiasma la idea de la puesta en escena para inventar una película. Haber sido actriz no me ayuda más que a la hora de trabajar con los actores: sé verlos, impulsarlos a donde los quiero llevar y sé cómo construir un gran personaje.''
Por eso, explica, cuando trabaja con los actores para mostrarles cómo debe ser un personaje, ``me pongo frente a ellos y se los muestro con el cuerpo, no uso tanto la psicología, porque es más sencillo que lo entiendan gestualmente. Los actores son fundamentales, porque es lo que queda de una película, lo que le da credibilidad''.
Dirigir, temor latente
Nicole García aseguró que no piensa dirigirse a sí misma. ``No me veo ocupando los dos puestos al mismo tiempo, quizá no sería tan buena en ninguna de las dos actividades. Siempre tengo miedo cuando hago una película, porque el cine es una gran industria y cuesta mucho dinero realizarlo y eso hace que cuando diriges tienes la sensación que todo depende de las cifras que van a resultar y no de otra cosa. Aunque hasta ahora no he fracasado con ninguno de mis trabajos, es difícil tener esa percepción''.
Por el momento no tiene algún nuevo proyecto en puerta. ``Me gustaría encontrar una idea en una novela, porque escribir algo original lleva más tiempo. Estoy leyendo mucho, todo lo que me mandan, así que si saben de algo, envíenmelo'', ríe.
-¿Qué aprendió de los directores con los que trabajó como actriz?
No lo piensa ni un segundo y con un tono entre irónico y serio responde:
-¡Nada!